Tu pequeño empezó a usar el baño con regularidad hace un par de meses y parece que la transición se dio sin problemas. Ahora estás notando que lo está usando menos y dependiendo más de su ropa interior de entrenamiento. ¿Qué está sucediendo?
Si tu niño pequeño está retrocediendo en el área del entrenamiento de control de esfínteres, es posible que esté teniendo una regresión. Te prometemos que no es tan grave como suena. De hecho, es bastante normal que los niños pequeños pasen por eso – aún después de meses de que creas tener el entrenamiento de control de esfínteres dominado – pero eso no hace que sea menos confuso o estresante para los padres o cuidadores.
Razones de una regresión en el entrenamiento de control de esfínteres
Una regresión en el entrenamiento de control de esfínteres se refiere a algún tipo de contratiempo que causa que tu niño no use el baño tanto como lo estaba haciendo antes. En algunos casos, es posible que deje de usar el baño por completo después de haberlo usado con regularidad durante meses. Hay algunas razones comunes para que esto suceda, la cuales incluyen:
- Un cambio significativo en la vida, como un nuevo hermano/a o cambiar de niñera
- Un cambio en su rutina normal, como en el horario de la guardería
- Cambios en su dieta
- Problemas de salud subyacentes que causan estreñimiento o que estén haciendo que los movimientos intestinales sean incomodos.
- Distracciones que están haciendo que sostenga su vejiga o intestinos por demasiado tiempo
- Aún no estaba listo para manejar el entrenamiento de control de esfínteres
Cómo manejar una regresión en el entrenamiento de control de esfínteres
Ver que tu niño pequeño retrocede en una habilidad tan esencial como el entrenamiento de control de esfínteres puede ser alarmarte, pero hay algunas medidas que puedes tomar para volver a ponerlo en marcha.
Asegúrate de que está listo.
El entrenamiento de control de esfínteres es un gran logro para los niños pequeños. Sin embargo, todos los niños se desarrollan a su propio ritmo. Puede que el tuyo no estuviese listo para esta labor cuando la empezaron, lo cual puede estar causando que ahora retroceda.
Dale una mirada a este artículo sobre la disposición para el entrenamiento de control de esfínteres para ver cuales factores influyen en la habilidad y deseo de tu niño para usar el baño.
Llega a la raíz del problema (y ten paciencia).
El descifrar y abordar el problema que está causando una regresión en el entrenamiento de control de esfínteres es un paso esencial. Piensa en algo significativo que recientemente esté sucediendo en la vida de tu niño que pueda estar causando este cambio. ¿Cambió de guardería? ¿Tú y tu pareja están teniendo problemas en la relación? Cualquier cosa que lo pueda afectar emocionalmente también puede afectar su deseo de mantener las idas al baño.
Si ningún cambio en su vida ha sucedido, enfócate en su salud. ¿Has hecho algún cambio en su dieta (más vegetales o proteína, cambiaste a una dieta vegana, etc.)? ¿Ha iniciado algún tratamiento medico o medicamentos nuevos? Su dieta y los medicamentos pueden afectar sus intestinos, haciendo difíciles los movimientos y haciéndole evitar intentarlo por completo.
Sin importar la causa de la regresión, trata de conservar la calma y de tener paciencia. El estrés, la ansiedad y los problemas de salud están más allá del control de tu pequeño. Debes estar ahí para hablar con él y consolarlo durante los momentos difíciles primero, y después lidiar con el entrenamiento de control de esfínteres.
Mantén la consistencia con el entrenamiento de control de esfínteres
Mantener el ritmo de tu rutina de entrenamiento de control de esfínteres es una pieza clave para hacer que tu niño pequeño se vuelva a enfocar en la labor en cuestión. Es posible que esté dispuesto a rendirse cuando las cosas se pongan difíciles, pero tu consistencia lo puede mantener motivado. En muchos casos, una rutina de entrenamiento de control de esfínteres y recordatorios amables de que vaya, pueden ayudarlo a acostumbrarse a usar el baño cuando sea necesario.
El refuerzo positivo sirve mucho, así que asegúrate de felicitarlo así sea por los logros más pequeños, como sentarse en la bacinilla. Los accidentes pueden suceder; de ser así, límpialos sin echarle la culpa o castigarlo y sigue intentando.
Habla con su pediatra.
Si tu persistencia parece no estar haciendo efecto en el entrenamiento de control de esfínteres y tu pequeño sigue reusándose a intentarlo, es posible que necesites hablar con su pediatra. Los doctores saben qué preguntar para ayudar a descifrar qué podría estar causando una regresión en tu niño y pueden dar algunos consejos para solucionar el problema. Hasta podrían recomendar retrasar el proceso hasta que tu niño pequeño muestre señales de estar listo.
El entrenamiento de control de esfínteres es un proceso que implica consistencia, paciencia y elogios. Tu niño pequeño puede estar teniendo dificultades ahora, pero ten la seguridad que cuando esté listo y cuando algún problema subyacente sea abordado, va a tener éxito. ¡Buena suerte con tu travesía en el entrenamiento del control de esfínteres!
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