Hay pocos ruidos en el mundo que sean menos irritante que el gimoteo de un niño. La mayoría de los padres prefieren escuchar una orquestra de sorbidos al tomar la sopa y alarmas de autos que oír a su niño gimotear al pedir algo. Pero, ¿de dónde salió esta cacofónica mitad-hablar-mitad-llorar forma de hablar? ¿Y por qué le encanta a los niños pequeños comunicarse de esta manera? Resulta que tienen algunas buenas razones!
Por qué los niños pequeños gimotean?
Es una herramienta de supervivencia.
Fíjate en que su gimoteo a menudo aparecerá cuando está cansado, tiene hambre, tiene sed o se siente abrumado. Cuando era bebé, lloraba cuando necesitaba consuelo o recursos. Ahora, el gimotear es usado de la misma manera. Usará con frecuencia su voz quejumbrosa porque no tiene la energía para ser un niño grande en ese momento y en realidad necesita algo. Si lo piensas, ¡es una movida bastante astuta! Puesto que a los adultos no les gustan los sonidos quejumbrosos, el niño pequeño normalmente recibirá una reacción si gimotea. Lo cual nos lleva al punto #2.
El gimoteo suele ser reforzado.
Tenemos que aceptarlo, ¡gimotear nos permite obtener lo que queremos! Hasta los adultos gimotean de vez en cuando para obtener lo que quieren. Las investigaciones muestran que somos particularmente sensibles a los tonos agudos, que suben y bajan, en el habla (también conocido como gimotear.) Cuando un niño gimotea, es muy probable que el cuidador suspenda lo que está haciendo y dirija su atención al que gimotea.
El gimoteo es usado para poner los límites a prueba.
Una tercera razón de por qué los niños pequeños gimotean es para poner los límites a prueba. Es posible que notes que tu niño no está cansado, acaba de comer un bocadillo y parece estar en muy buena forma para usar su voz de niño grande, y luego ¡PUM! El quejido te golpea cuando menos lo esperas. Él entiende que cuando usa su voz de bebé, probablemente obtendrá lo que desea. Está ejerciendo su derecho a tener algo de poder en la casa y está seguro que puede obtenerlo con el arte del gimoteo.
¡Buenas razones! ¿Cómo lo detenemos?
Así que ahora sabemos que los niños pequeños no están gimoteando con el propósito exclusivo de volvernos locos y que en realidad tienen razones sólidas para hacerlo. ¿Pero cómo hacemos para detenerlos? La clave es considerar de dónde viene el quejido y luego reaccionar de manera adecuada.
Hay dos caminos principales a tomar cuando se trata de un niño gimoteando: (1) respira profundo, responde al gimoteo y proporciónale lo que sea que necesite, ya sean recursos, confort o apoyo. Y (2) detén el gimoteo de raíz y pídele de manera amable que repita lo que está diciendo con su voz de niño grande.
Éstas son algunas situaciones que te ayudarán a escoger uno de los caminos:
Cuándo respirar profundo y proporcionarle recursos, confort y apoyo:
- Está exhausto, tiene hambre, está cansado, tiene sed o se siente abrumado
- Necesita algo de positivismo extra
- Necesita conectarse contigo
- Necesita expresar una emoción como la tristeza, decepción o rabia
- Está estresado por algo que está sucediendo es su entorno (ej. negatividad, conflictos en el hogar o un cambio en la rutina que lo está haciendo sentirse inseguro.)
Cuándo pedirle amablemente que use su voz de niño grande:
- Tiene la energía para ser un niño grande
- No necesita recursos como comida, leche o confort
- Está rogando por algo que no necesariamente necesita en el momento (ej. quiere un juguete, una galleta más o quedarse despierto después de su hora de acostarse.)
- Está poniendo tus límites a prueba
Recuerda que cuando te encuentres en estas situaciones que demanden de su voz de niño grande, ¡es importante ser consistente! Si sabes que tiene la capacidad de comunicarse de mejor manera, está bien pedirle que lo haga. Tarde o temprano, notará que su gimoteo está perdiendo la magia y oirás su voz de niño grande más a menudo.
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