Jugar con burbujas es probablemente uno de los pasatiempos favoritos de tu infancia, y puede que también se esté convirtiendo en uno de los favoritos de tu niño. Además de añadir mucha diversión al día de un niño pequeño, las burbujas tienen otro propósito: ¡ayudan a tu niño a desarrollar sus habilidades motoras de varias maneras! Desde sus brazos y piernas hasta sus pies, todo su cuerpo puede moverse y jugar con las burbujas.
¡El juego de burbujas puede darle a tu niño pequeño beneficios motrices similares a los de los deportes! Aquí hay una muestra:
Alcanzar. ¿Qué quieren hacer los pequeños cuando ven burbujas? ¡Reventarlas! Verás a tu niño pequeño estirarse e intentar agarrar y reventar esas burbujas que flotan sobre su cabeza, lo que es una buena manera de conseguir que sus músculos del brazo y del tronco se estiren y se vuelvan flexibles. Cuando llegue, puede que incluso suba por la punta de los dedos de los pies para estirar y trabajar los músculos de las piernas y de los pies.
Correr y saltar. Tu niño pequeño puede perseguir burbujas flotantes, huir de las burbujas que se acercan a él o saltar sobre las que se mueven cerca de sus pies. Esto hace que sus piernas y sus pies se muevan hacia adelante, hacia atrás y se levanten del suelo rápidamente, desarrollando los músculos a lo largo del camino.
Agilidad. A medida que tu niño pequeño se retuerce, gira y se mueve para esquivar o atrapar burbujas, va adquiriendo agilidad. La agilidad trabaja, junto con el equilibrio, otra habilidad clave que se desarrolla a lo largo de los años del niño pequeño, para ayudarle a mantenerse firme durante sus movimientos.
Patear o pisotear. Pisar burbujas siempre es una tarea divertida, pero también desarrolla la coordinación. Tu niño tiene que usar sus pies y ojos al mismo tiempo para hacer contacto con cada burbuja que quiera pisotear. Lo mismo aplica cuando quiera patear las burbujas que se acercan a sus pies, como lo haría con un balón de fútbol.
Coordinación ojo-mano y ojo-pie. La coordinación ojo-mano y ojo-pie se refiere a la habilidad de tu niño pequeño de seguir con sus ojos para ayudar a sus manos y pies a continuar con una acción. En el caso del juego de las burbujas, usará sus ojos para observar las burbujas mientras flotan en todas las direcciones mientras averigua qué hacer con sus brazos, manos, piernas y pies, por ejemplo, reventar las burbujas con la punta de los dedos, correr hacia las burbujas o pisarlas.
Cruce de la línea media del cuerpo. Tu niño puede alcanzar su brazo izquierdo a través de su cuerpo para reventar una burbuja que está más cerca de su lado derecho. Esto apunta al cruce de la línea media del cuerpo, lo que fortalece su torso y mejora la coordinación a ambos lados de su cuerpo.
Dominio de mano/brazo y pie/pierna. El juego de burbujas es una excelente manera de hacer que las manos, brazos, pies y piernas funcionen de varias maneras. Cuanto más use sus miembros, más cerca estará el niño de establecer una mano y un pie dominantes, aunque no tenga una elección clara hasta dentro de varios años. El dominio de las manos y los pies permite a los niños utilizar un pie/pierna y una mano/brazo como su principal «trabajador» y el otro como «ayudante» para completar tareas como escribir, dar patadas y girar de forma más eficiente.
No olvides quitarle los zapatos a tu niño de vez en cuando si estás jugando afuera con burbujas (siempre y cuando no estés en una superficie que pueda volverse resbaladiza). Estar descalzo puede ser beneficioso para desarrollar los pies y mejorar la agilidad.
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