Hay un montón de beneficios cuando se trata de darle a tu niño pequeño momentos en silencio, como estimular la imaginación y la atención. Pero no todos los niños se adaptan a los momentos en silencio con facilidad. De hecho, la transición a los momentos en silencio a solas, puede ser fuente de ansiedad para los pequeños a los que no les gusta estar solos.
Esto no quiere decir que tu pequeño no pueda aprender a apreciar los momentos en silencio; solo necesita de tu apoyo para sentirse bien, estando sin tu presencia, por un rato.
Qué hacer cuando tu niño pequeño no quiera estar solo durante los momentos en silencio
Todos los pequeños tienen un temperamento que es totalmente propio. ¡Eso es lo que los hace únicos! La mayoría de los bebés y niños pequeños pasan por fases de ansiedad por separación, pero puede que aquellos con un temperamento de animación lenta, se sientan especialmente recelosos de pasar momentos en silencio solos. Para ayudar a tu niño a sentirse cómodo, incluso durante breves períodos de momentos en silencio a solas, puedes:
1. Participar de los momentos en silencio con tu niño
Ninguna regla dice que no puedes pasar los momentos en silencio con tu niño. Esto no solo lo hará sentirse a gusto al tenerte a su lado, sino que aun así puede adquirir los beneficios del momento en silencio sin preocuparse de que no estés ahí.
Sin embargo, hay algo que debes tener en cuenta. Intenta enfocarte en la parte en silencio de los momentos en silencio. Crea un espacio acogedor para ti en su área en silencio, donde puedas también hacer alguna actividad tranquila que disfrutes, como leer un libro. Evita las actividades ruidosas o distractoras para que tu niño aprenda que ese es un momento para el juego en silencio, la relajación y quizá, hasta una siesta. Verá lo que te gusta hacer durante el tiempo en silencio, lo cual le ayuda a aprender a seguir tu ejemplo.
2. Ayuda a tu niño a ocuparse en una actividad.
Es menos probable que tu niño le tenga miedo a los momentos en silencio cuando sabe que es lo que debe hacer. Ayúdalo a entender qué son los momentos en silencio ocupándolo en actividades que sean adecuadas para una pausa relajante. Puedes sacar un rompecabezas, mirar imagines en un cuento juntos o acostarse y abrazarlo.
3. Dale a tu niño un objeto especial tuyo.
Después de algunos días de unirte a algunos momentos de silencio (o más, si tu niño lo necesita), puedes intentar salir de su área de silencio, aunque sea por unos cuantos minutos. Avísale, diciéndole algo como: “En cinco minutos, me voy de la habitación. Pero volveré en unos cuantos minutos.” Es importante que mantengas ese tiempo de retorno de “unos cuantos minutos”.
Cuando te vayas, dale una manta, camiseta o algo que huela a ti o que le recuerde a ti. Una foto podría surtir el efecto también. Esto puede ser lo suficientemente reconfortante para suavizar la transición entre tenerte ahí y estar solo.
4. Haz que los periodos a solas de tu niño sean un poco más largos.
Una vez sientas que tu niño se siente lo suficientemente cómodo estando solo durante los momentos de silencio, puedes empezar a hacer que ese tiempo en soledad sea más largo. Auméntalo un minuto más cada día si es necesario. La idea es hacer un cambio gradual para ayudar a tu niño a sentirse más tranquilo estando solo.
5. Mantén una rutina.
Las rutinas ayudan a los niños pequeños a sentir seguridad. A medida que estableces los momentos de silencio en casa, intenta que sea una labor consistente, según se acomode a tu horario. Si sabe qué esperar de los momentos en silencio y cuándo llegarán, será más fácil para los dos.
Seguir estos pasos puede ayudarle a tu niño pequeño a aprender a disfrutar de los momentos en silencio. Si le toma meses sentirse bien cuando te vayas, ¡está bien! Aun así, obtendrá los beneficios de los momentos en silencio mientras también recibe un momento de vínculo extra especial contigo .
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