Es la hora del almuerzo e intentas, por tercera vez consecutiva, hacer que tu niño de un año coma algo de yogur. Le metes un poco a la boca, solo para que frunza el ceño y que su lengua lo empuje hacia afuera. Lo mismo hace con las verduras y frutas en puree o trituradas. ¿Por qué se está volviendo tan caprichoso para comer?
En realidad, puede que no sea así. A veces, lo que parece un capricho al comer es en realidad un problema sensorial que hace que el niño vea la comida de manera diferente a los otros. En otras palabras, el cerebro de tu bebé está haciendo que sienta fuertemente texturas específicas, sabores, y hasta colores de la comida.
¿Cómo los problemas sensoriales afectan la alimentación?
Problemas sensoriales subyacentes pueden causar aversión a la comida, o la evasión de alimentos. Tu bebé puede ser demasiado sensible o poco sensible a los alimentos cuando tiene un problema sensorial. Para algunos pequeños, las texturas levemente grumosas pueden sentirse como pedazos grandes de comida dentro de su boca (demasiada sensibilidad), mientras que otros casi no pueden sentir el sabor del sándwich de mantequilla de maní y mermelada (poca sensibilidad). De cualquier forma, el resultado no es agradable para sus pequeños paladares.
Los problemas sensoriales pueden parecerse a los caprichos al comer puesto que provocan que tu bebé:
- Evite ciertos alimentos
- Se ponga incomodo durante la hora de la comida
- Solo coma uno o pocos alimentos favoritos
- Se niegue a probar alimentos nuevos
Las limitaciones sensoriales de alimentación que no sean abordadas pueden convertirse en problemas más grandes a medida que tu bebé crece y requiere de una dieta balanceada de granos, frutas, vegetales, carne, grasas y lácteos.
¿Qué puedo hacer con respecto a los problemas sensoriales de alimentación?
Si crees que tu bebé tiene un problema sensorial cuando de comida se trata, debes hablar con tu pediatra sobre tus preocupaciones. Intenta anotar los tipos de comida que está evadiendo, lo que hace cuando rechaza la comida y cualquier otra cosa sobre su dieta y proceso de alimentación que te parezca útil.
Tu pediatra podría investigar otros problemas subyacentes que puedan causar problemas sensoriales de alimentación, dependiendo de la historia del bebé, como el trastorno de procesamiento sensorial , la ansiedad o el autismo. El doctor podría también sugerir que visites al nutricionista pediátrico el cual puede decirte cómo incorporar alimentos saludables a la dieta de tu bebé.
Estas son las maneras como puedes apoyar los cambios en la dieta y la exploración sensorial en casa:
Déjalo jugar.
Los bebés que tengan limitaciones sensoriales necesitan tiempo extra para ajustarse a nuevas texturas, olores y colores. Para ayudarlo a sentirse más cómodo, ¡déjalo jugar con su comida antes de probarla!
Dale el tazón de yogurt para que gire sus dedos dentro de este. Deja que escoja y huela una variedad de bayas. Ayúdalo a hacer un dibujo pegando pedazos pequeños de cereal en un papel. Si se rehúsa a tocar la comida, puedes hacer la transición al juego al poner la comida dentro de una bolsa de almacenamiento de comida. Así puede mirarla y jugar con ella sin ensuciarse.
Usa lo que prefiere como base.
Algunos de los niños que tienen problemas sensoriales prefieren los alimentos crocantes por encima de los alimentos suaves y vice versa. Si tu bebé muestra una preferencia por algunos alimentos sobre otros, puedes usar esos alimentos como la base para opciones nuevas.
Digamos que tu bebé prefiere la pasta de codito sin que se le agregue nada. Puede que con el tiempo le agregues a la pasta hierbas frescas o una salsa baja en sodio para estimular sus sentidos. Hazlo de manera gradual , la primera vez salpicándola con pocas hierbas o una cucharadita de salsa, y gradualmente agregando más cantidad la próxima vez.
Da opciones.
Los bebés que estén comiendo alimentos sólidos, y los niños pequeños, pueden beneficiarse al tener algunas opciones en su comida. Intenta servir un plato con opciones saludables que te gustaría que tu bebé probara, como pedazos de pollo, queso en tiras, rodajas de pepino cohombro, fresas y semillas de girasol. Pídele que escoja dos comidas que quiera probar para su merienda. Escogerá lo que le parezca menos intimidante, aun así, estará haciendo grandes progresos en su dieta.
Al conservar la calma y cooperar con tu bebé durante la alimentación, los dos tendrán una experiencia más amena en la hora de las comidas. Sigue llevado registro del progreso de tu bebé para que puedas mantener al tanto a tu pediatra en cada visita.
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