Cuando hablamos sobre el desarrollo infantil, con frecuencia nos enfocamos en las superestrellas de siempre: El cerebro para pensar, los brazos y las piernas para el movimiento, las manos para agarrar… No hablamos mucho sobre los pies, ¡pero deberíamos!, ya que eventualmente, los pies de tu pequeño serán el soporte de todo su cuerpo durante movimientos tales como pararse, caminar, correr, girar, y saltar, es increíble.
Así que (redoble de tambores), entremos de lleno a darle una mirada al importantísimo desarrollo de los pies de tu pequeño.
¿Cómo se desarrolla el pie?
Al nacer, los 52 huesos de los pies de tu bebé (una cuarta parte de todos los huesos del cuerpo) son extremadamente blandos. Los huesos se fortalecen bajo tensión, así que a medida que el bebé va poniendo presión en sus pies, los huesos se van endureciendo gradualmente. Este proceso inicia inmediatamente cuando el bebé hace cosas como empujar los pies contra tu regazo o su silla del carro, o presiona la parte superior de sus pies durante el tiempo boca abajo. Esto continua a medida que comienza a pararse, caminar con apoyo, correr, saltar y escalar, pero tomará aproximadamente 18 años en total para que esos huesos se formen por completo (un motivo por el cual el tipo adecuado de calzado es tan importante).
A pesar de que será hasta la edad adulta temprana que los huesos de los pies de tu niño se endurezcan por completo, en términos de tamaño sus pies crecerán mucho en el primer año – ¡hasta la mitad de su tamaño adulto!
Si te preocupa que tu niño tenga pies planos, ten por seguro que la capa de grasa de bebé donde el arco eventualmente va es normal. Los pequeños simplemente no tienen la fuerza para apoyar el arco del pie. Después de dos años de caminar, el arco del pie se empieza a formar.
La importancia de los dedos de los pies
Los 14 huesos de los dedos de los pies son de los más pequeños del cuerpo humano. Una de las funciones que cumple es estabilizar nuestro cuerpo. Intenta balancear un pie sin que tus dedos toquen el piso, luego pon los dedos en el piso. Es más fácil, ¿cierto? Los dedos de los pies también nos ayudan a impulsarnos del piso al caminar, al correr, al saltar, etc.
Dominio del pie
De la misma manera que tu niño va a desarrollar una mano dominante, también va a tener un pie dominante. Pero el dominio del pie no siempre se desarrolla en la infancia. Algunos pequeños podrán mostrar preferencia de un pie sobre el otro, pero según la terapista ocupacional pediátrica, Natasha Bravo, “en realidad es bueno que los niños pequeños experimenten con los dos pies puesto que ejercitan todos los pequeños huesos. De esta manera se asegurará que cuando surja la dominancia de un pie, el pie estabilizante también sea fuerte.
Coordinación ojo-pie
Así como la coordinación ojo-mano permite que tu niño guie sus movimientos de mano efectivamente, la coordinación ojo-pie permite que navegue por los diferentes ambientes de manera exitosa: El caminar por superficies irregulares, el entender qué tan alto necesita levantar su pie para subir las escaleras, el aprender a predecir qué hacer con sus pies, etc. Y, por supuesto, la coordinación ojo-pie también toma protagonismo cuando se trata de actividades como patear una pelota.
¿Qué significa esto para ti?
La buena coordinación de ojo-mano empieza con el apoyo del desarrollo visual, la conciencia del cuerpo y los movimientos de motricidad gruesa. Bravo recomienda masajear los pies del bebé, exponerlo a diferentes superficies para caminar y, en general, permitir suficiente tiempo para que tu niño se mueva.
Por último, no podríamos escribir un artículo sobre el desarrollo de los pies sin nombrar cuan valioso es mantener a tu niño descalzo el mayor tiempo posible. De hecho, es tan importante que hemos escrito un artículo completo acerca de los beneficios de estar descalzo durante la niñez.
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