Si estuviste criando durante la pandemia, probablemente no necesites que un estudio científico te diga que la propagación del Covid-19 afectó a tu familia de alguna manera. Los padres y cuidadores se vieron en situaciones increíblemente difíciles con la amenaza de un virus grave, el cierre de escuelas, guarderías y la exigencia de trabajar desde casa o ir a trabajar sin tener cuidadores para sus niños. No hace falta decir que los últimos años no han sido fáciles, y que los niños y las familias siguen intentando encontrar la estabilidad en un mundo en constante cambio.
En los últimos meses se han publicado cientos de estudios centrados en el impacto de la pandemia en el desarrollo infantil. A continuación, encontrarás un resumen de algunos de los hallazgos más importantes y, afortunadamente, también algunas buenas noticias de los expertos en desarrollo infantil.
Destacados:
● En los últimos meses se han publicado cientos de estudios centrados en el impacto de la pandemia en el desarrollo infantil. ● Muchos estudios concluyen que los niños pequeños se han enfrentado a importantes retos y retrocesos debido a la disminución significativa de las interacciones, el tiempo de juego y los entornos de aprendizaje de calidad. ● A pesar de estos resultados, los investigadores y los expertos en desarrollo infantil siguen siendo optimistas. ● Los padres y cuidadores deben recordar que los niños son resistentes y pueden recuperarse. ● Hacer un esfuerzo consciente para proporcionar la atención especial, las interacciones significativas y el amor que los niños necesitan puede marcar una gran diferencia en este difícil momento. |
¿Cómo está influyendo la pandemia en el cerebro y el comportamiento de los niños?
En primer lugar, es importante señalar que la pandemia no afectó a todas las familias de la misma manera. Por ejemplo, algunos niños pueden haber recibido una mejor atención debido a que los padres pasaron más tiempo en casa, mientras que otros tuvieron cuidadores que no estaban tan disponibles para interacciones significativas. En muchos de estos estudios, los niños de color y las familias con bajos ingresos parecen ser los de mayor riesgo.
Un laboratorio de la Universidad de Brown pudo permanecer abierto durante la pandemia y seguir trabajando en un estudio longitudinal que explora el impacto ambiental en el cerebro de los bebés. Estos investigadores están haciendo un seguimiento de las habilidades motoras, visuales y lingüísticas en un examen por siete años sobre el desarrollo de la primera infancia. Varias pruebas que miden estas habilidades descubrieron que los bebés nacidos en la pandemia obtuvieron una puntuación casi dos desviaciones estándar más baja que los nacidos antes.
Sean Deoni, biofísico médico que dirigió el estudio cree que estos contratiempos pueden deberse a la falta de interacción entre humanos. Además, los bebés y los niños pequeños no practican tanto la motricidad gruesa como lo harían normalmente debido a la disminución del tiempo de juego con sus compañeros y en los parques infantiles.
En una revisión exhaustiva de más de 63 estudios de alta calidad sobre el desarrollo infantil, los investigadores de la Universidad de Michigan descubrieron que los entornos presenciales de aprendizaje de los niños tenían que cambiar para mejorar la seguridad, y estos cambios no favorecían el aprendizaje y el desarrollo de las habilidades sociales. Por ejemplo, tradicionalmente se enseña a los niños a compartir en esta etapa y durante la pandemia se instó a los niños a no compartir juguetes para evitar la propagación del virus. Esto también dificultó que hicieran amigos y aprendieran a lidiar con los conflictos. También descubrieron que el aprendizaje a distancia era un reto para los niños, las familias y los profesores, lo que se traducía en un tiempo de aprendizaje significativamente menor y en una enseñanza de menor calidad.
Sabemos que toda esta información puede sonar aterradora. Sin embargo, los expertos dicen que no hay necesidad de entrar en pánico y que todavía hay muchas razones para ser optimistas.
Las buenas noticias
Los investigadores y expertos en desarrollo infantil de todo el mundo confían en que los niños pueden superar estos retos. Los padres y cuidadores deben conocer esta investigación y comprender los patrones que pueden provocar retrasos en el desarrollo, pero al mismo tiempo deben recordar que los niños son resilientes y pueden recuperarse.
«Los niños son un producto de su entorno», dice Deoni. «Cuanto más podamos estimularlos, jugar con ellos, leerles y quererlos, eso es lo que mas importa».
Aunque tenemos excelentes razones para ser optimistas respecto a la recuperación de los niños de estos contratiempos, también sabemos que este momento difícil aún no ha terminado. Los padres siguen haciendo malabares con los cierres de escuelas y las cuarentenas, las hospitalizaciones de familiares, el aprendizaje a distancia y los horarios agotadores.
Puede ser difícil acordarse de leer un cuento más, jugar un juego más o hacer que ese abrazo dure un poco más. Sin embargo, las investigaciones demuestran que hacer un esfuerzo consciente para proporcionar la atención especial, las interacciones significativas y el amor que los niños necesitan puede marcar una gran diferencia en este momento difícil.
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