Los primeros años de vida son un momento de desarrollo y crecimiento rápido con infinitas oportunidades para decir cosas como “¡bien hecho, eres muy inteligente!”. Este tipo de elogios aumenta la autoestima de tu pequeño y le da la confianza para intentar nuevas cosas, ¿verdad?
Error, dice Carol Dweck, psicóloga e investigadora, famosa por su charla en TED Talk. Ella ha provocado una revolución en la forma en que padres y educadores les hablan a los niños sobre sus logros y fracasos. Su amplia investigación muestra que podemos tanto nutrir una «mentalidad rígida» o una «mentalidad de crecimiento», y la diferencia entre ambas importa mucho.
¿Qué es una mentalidad de crecimiento y por qué es importante?
Una persona con una mentalidad de crecimiento cree que las cualidades tales como la inteligencia, el talento y la creatividad pueden desarrollarse a través del esfuerzo y aprendiendo de los errores. Una persona con una mentalidad rígida cree que éstas cualidades son algo que tienes o no tienes, y que no se pueden cambiar. «Simplemente no soy bueno en matemáticas» es una mentalidad rígida; «Puedo mejorar en matemáticas» es una mentalidad de crecimiento.
La forma en que reaccionamos ante los logros y fracasos de los niños moldea su forma de pensar. En uno de sus estudios, Dweck le dio a un grupo de estudiantes de primaria rompecabezas que sabía que podían completar. Cuando terminaron, ella les dijo a la mitad que debían ser inteligentes, y la otra mitad que debieron haber trabajado duro. En la siguiente ronda, la mayoría de los niños elogiados por trabajar duro eligieron un rompecabezas más difícil, mientras que la mayoría de los elogiados por ser inteligentes eligieron uno fácil.
Lo que Dweck descubrió en este y en muchos otros estudios, es que los niños a los que se les dice «eres muy inteligente», «eres un gran atleta «, «eres mi pequeño artista», y así sucesivamente, desarrollan una mentalidad rígida. Pueden llegar a evitar desafiarse a sí mismos porque si fallan, corren el riesgo de no lucir inteligentes, atléticos, artísticos, etc. Si se topan con algo difícil de hacer, pueden darse por vencidos rápidamente y decir: «no soy bueno en esto». Pueden creer que tener que esforzarse se ve mal en ellos.
Por otro lado, los niños que son elogiados por sus esfuerzos y que se les ha enseñado que el fracaso es una parte esencial del aprendizaje, desarrollan una mentalidad de crecimiento. Tienden a tomar riesgos, desafiarse, disfrutar el proceso de aprendizaje y creen que pueden mejorar en algo si lo intentan, todo lo cual está ligado a una mayor autoestima, confianza, capacidad de recuperación, felicidad y éxito en el mundo académico y más allá.
Lo que puedes hacer
Dweck indica que «si los padres quieren dar a sus hijos un regalo, lo mejor que pueden hacer es enseñarles a amar los desafíos, sentir curiosidad por corregir los errores, disfrutar el esfuerzo y seguir aprendiendo».
Como padre de un bebé o un niño pequeño, te encuentras en una posición única porque los niños a esta edad incorporan naturalmente una mentalidad de crecimiento; son curiosos toman de riesgos y les encanta aprender. Con estos consejos puedes ayudar a tu pequeño a mantener una mentalidad de crecimiento y evitar formar una mentalidad rígida:
Elogia el proceso y el esfuerzo y no los resultados y al niño. Tu hijo logra construir una torre de cuatro bloques y te mira orgulloso.
Respuesta de mentalidad rígida: ¡bien hecho! ¡eres muy bueno construyendo torres!
Respuesta de mentalidad de crecimiento: ¡toma mucha práctica haber construido eso! ¡Debes haberte concentrado mucho!
En lugar de rescatarlo, ayúdalo a resolver los problemas. Mientras tu hijo juega con un candado y una llave de juguete, se impacienta cuando intenta abrir la cerradura con la llave boca abajo.
Respuesta de pensamiento rígido: no te frustres. Gira la llave de esta manera.
Respuesta a la mentalidad de crecimiento: veo que te estás esforzando. ¿Hay alguna otra manera en que puedas sostener la llave?
Normaliza la falla y recalca su valor. Saber cómo fallar, aprender de ello y volver a intentarlo es fundamental para una mentalidad de crecimiento. Cuando tu hijo tiene dificultades con una tarea apropiada para su edad, una respuesta orientada al crecimiento es: Esto es difícil. Es normal tener que intentarlo muchas veces. ¡Así es como aprendemos!
Desafíalo. El saca y completa un rompecabezas que aprendió hace mucho tiempo. En lugar de elogiarlo, motívalo para que intente algo más difícil: recuerdo que trabajaste duro para aprender a hacer este rompecabezas. ¡Ahora parece que estás listo para hacer uno más difícil!
Presta atención a tu propia mentalidad. El ejemplo es una de las herramientas más poderosas en tu caja de herramientas para padres. Fíjate si dices cosas como: soy tan torpe o soy pésima en la cocina. En cambio, intenta: voy a prestar más atención a dónde voy y todavía estoy aprendiendo cómo ser una mejor cocinera.
Muchos padres dicen que al principio hablar de ésta manera es incómodo porque es muy diferente de lo que estamos acostumbrados a decir. Sin embargo, después de un tiempo, se convierte en un hábito con poderosos beneficios que continúan a medida que los niños crecen y enfrentan desafíos cada vez más complejos.
Para leer más acerca de la mentalidad de crecimiento y la investigación de Dweck, puedes encontrar su libro «Mindset», aquí.