Todos hemos oído la historia sobre un niño de 18 meses que logró el control de esfínteres sin entrenamiento y pensamos ¿será un unicornio mágico? La verdad es que el entrenamiento para ir al baño usualmente requiere que investigues, planees y sortees obstáculos.
Los obstáculos son normales porque el entrenamiento para el control de esfínteres puede ser un hito emocional para los niños. Ellos se sienten dueños de su orina y de sus excrementos ya que están acostumbrados a sentirlos cerca del cuerpo. Dejar caer el excremento en una bacinilla o mirar al vacío en el sanitario puede ser incómodo y aterrador. Algo que puede ayudar es familiarizar a tu hijo con el proceso de usar el baño y puedes empezar a hacerlo mucho antes del gran día.
Sin importar cuál método de entrenamiento para el control de esfínteres elijas, estos consejos pueden facilitarte la transición a la vida sin pañales de tu pequeño:
- Permítele a tu hijo ser tu compañero de baño. No tiene que acompañarte cada vez que vas al baño (entendemos que entrar al baño puede ser tu único momento para estar sola), pero aquí está resultado: ver que usas el baño lo familiariza con la idea de que es algo cotidiano. Lo puedes ver imitando el acto durante los momentos de juego y notarás que se empieza a sentir cómodo con la idea.
- Nárrale el proceso. Narrar las acciones de cada día es una buena forma de enseñarle vocabulario a tu hijo. Explicarle lo que haces en el baño le ayuda a aprender las palabras que necesitará cuando sea el momento. Esto también contribuye a que aprenda a organizar los pasos relacionados con el uso del baño.
- Permítele ayudarte. No te preocupes, no necesitas que te pase el papel higiénico, pero si muestra interés en participar, puedes permitirle que descargue el agua del sanitario.
- Háblale acerca de los excrementos. Si estás paseando al perro, señálale cuando tu mascota esté defecando. Puedes decir algo como “él hace popó en el césped, pero yo voy al baño y un día tu también irás”. Sólo trata de decir esto en voz baja para que los vecinos no oigan. Cuando cambies su pañal, háblale sobre el popó de una manera práctica y simple, evitando palabras como apestoso y asqueroso. Hay estudios que muestran que las conversaciones negativas acerca de la defecación pueden empeorar las cosas para los niños rebeldes con el entrenamiento para ir al baño.
- Pon una bacinilla cerca de sus juguetes. Incluir la bacinilla entre sus juguetes puede ayudarlo a familiarizarse con ésta. Se puede sentarse en ella mientras ojea un libro o utilizarla en algún juego. El juego simulado es un maestro poderoso. Puedes usar muñecas, animales de peluche o figuras de súper héroes para que actúen como si estuvieran usando la bacinilla.
- Agrega libros de entrenamiento para ir al baño a tu biblioteca. Los libros de entrenamiento para ir al baño son una buena alternativa para familiarizar a tu hijo, de una forma divertida para su edad, con el proceso. “Bacinilla” y “Todos hacemos popó” son títulos populares bien reseñados.
- Emociónalo con la ropa interior. Si vas de compras, pasa por la sección de ropa interior infantil y muéstrasela a tu hijo. Háblale sobre ésta como algo especial que está por llegar. Hazle saber que cuando esté listo para dejar el pañal podrá escoger su propia ropa interior.
- Foméntale independencia. El entrenamiento para el control de esfínteres es más fácil si tu hijo está acostumbrado a realizar las tareas de aseo personal con independencia.
Esta preparación puede facilitar la transición de tu pequeño a la vida sin pañales, pero ¡no olvides prepararte también! Aparte de investigar métodos y de crear un plan, aquí puedes leer acerca de los obstáculos más comunes durante el entrenamiento para ir al baño y cómo lidiar con ellos.