Tal vez hayas leído nuestro artículo sobre el cociente intelectual –CI- y estés poniendo en práctica nuestros consejos para niños inteligentes, pero ¿sabías que mientras tu hijo pasa por la escuela, establece relaciones interpersonales y entra al mundo laboral, el CIE será igualmente importante?
El término «inteligencia emocional» apareció por primera vez en la década de 1960 y resurgió en los años noventa cuando un libro altamente exitoso de Daniel Goleman, convirtió el CIE en un término de moda. Desde entonces, estudios han relacionado las habilidades emocionales superiores con una serie de resultados positivos.
El CIE comprende nuestra capacidad de:
- Reconocer y etiquetar las emociones: saber lo que estamos sintiendo (o lo que demás están sintiendo) y ser capaces de etiquetarlo. Por ejemplo, cuando nos sentimos mal podemos identificar si es decepción, frustración o ansiedad.
- Entender las emociones: saber por qué estamos teniendo un sentimiento. Esto incluye aprender cuáles son los detonantes de las diferentes emociones en nosotros mismos y en los demás.
- Manejar las emociones: saber cómo lidiar con nuestras emociones y con las de los demás de tal forma que evitemos el conflicto y el comportamiento autodestructivo.
- Sentir empatía: tener la capacidad de entender los sentimientos de los demás y responder con tacto.
Beneficios del CIE
Algunos estudios relacionan un alto CIE con resultados positivos que incluyen:
• Mejores relaciones interpersonales
Los niños y adolescentes con un CIE alto tienden a tener más facilidad para hacer amigos y llevarse bien con otros, mientras que aquellos con un CIE bajo experimentan mayores niveles de conflicto con otros. Esto se refleja en la madurez, cuando los adultos con un CIE alto manejan cómoda y productivamente el terreno emocional de las relaciones. Los adultos con un CIE bajo tienen más probabilidades de experimentar agresión y otros problemas en las relaciones.
Una de las razones por las cuales los niños y adultos con un alto grado de inteligencia emocional prosperan en las relaciones puede deberse a que son percibidos como más agradables, fáciles de llevar y empáticos.
• Más éxito en la escuela
Aunque el CI juega un papel importante en el éxito académico, algunos estudios han encontrado que los estudiantes con mayores logros también tienen un CIE alto. Los investigadores piensan que es la combinación del CI y del CIE la que permite que un niño utilice conjuntamente el pensar y el sentir para aprender y prosperar en un ambiente de grupo. El CI contribuye a la motivación, al comportamiento orientado a lograr objetivos y a poder trabajar junto con otros. Los estudiantes con mayor CIE son menos propensos a faltar al colegio, a tener una mala conducta, a tomar malas decisiones o a participar en actos de matoneo ya sea como autores o como víctimas. Estos niños son asertivos sin ser agresivos y tienen más facilidad para aceptar y superar los fracasos inevitables que hacen parte del aprendizaje.
Estas cualidades del CI también están relacionadas con el éxito laboral. El CIE es un ingrediente esencial del liderazgo, del trabajo en equipo y de la productividad.
• Mayor bienestar psicológico
Aquellos con un mayor CIE tienden a ser más felices y a tener una autoestima más alta. También son seguros de sí mismos sin ser arrogantes. Es importante resaltar esto porque la arrogancia puede surgir de la confianza en sí mismo, pero se asocia con un bajo CIE. También se ha relacionado un CIE más alto con tasas más bajas de ansiedad y de depresión. Esto puede deberse al hecho de que las personas con un CIE alto son más propensas a tratar sus emociones de una manera saludable, en lugar de evitarlas o recurrir a las drogas o al alcohol.
El CIE comienza en la infancia
Algunas investigaciones han mostrado que durante los primeros cinco años de vida, las experiencias de un niño forman las conexiones en su cerebro que determinan cómo manejará las emociones en el futuro. Durante estos primeros años de vida de tu hijo desempeñas un papel especialmente importante en su desarrollo emocional porque sus sentimientos son intensos (a veces abrumadores), pero su capacidad de manejarlos es limitada. Él niño buscará ayuda para lidiar con sus emociones y observará la manera en que manejas las tuyas.
Para conocer cómo evolucionan las emociones durante los dos primeros años de vida consulta nuestros artículos sobre la evolución de las emociones durante el primer y segundo año de vida. Para averiguar qué puedes hacer hoy para apoyar el desarrollo emocional de tu bebé revisa los consejos útiles de nuestro artículo sobre cómo criar a un niño emocionalmente inteligente.
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