¿Salud mental de bebés y niños pequeños? ¿Realmente tenemos que preocuparnos por eso a su edad?
Puede resultar extraño imaginar a un niño pequeño con ansiedad, depresión u otros problemas de salud mental, pero puede suceder. De hecho, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) afirman que solo en los Estados Unidos, alrededor de 4,4 millones de niños de 3 a 17 años tienen ansiedad, alrededor de 1,9 niños de 2 a 7 años experimentan depresión, y 6 millones de niños de este mismo grupo de edad se les diagnostica el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH). Estas estadísticas dejan claro que la salud mental debe ser un objetivo primordial de los padres y cuidadores, incluso para los niños pequeños que no han alcanzado la edad escolar.
Desafortunadamente, la población más joven de bebés y niños pequeños puede no recibir los chequeos de salud mental y la ayuda que necesitan. Esto se debe principalmente a los estigmas que nos hacen creer que los niños pequeños son inmunes a las luchas por la salud mental. Sin embargo, las estadísticas muestran que los diagnósticos de ansiedad y depresión en niños pequeños están aumentando en los últimos años.
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Por qué nunca es muy pronto para trabajar en la salud mental
Aunque los bebés y los niños pequeños a menudo parecen despreocupados, también pueden experimentar situaciones estresantes. Las investigaciones demuestran que los niños de 0 a 5 años pueden experimentar problemas de salud mental, pero a menudo estos pasan por alto debido a su edad.
Los bebés y los niños pequeños se encuentran en una etapa crítica y sus experiencias dan forma a su futuro. Es esencial promover la salud mental desde el momento en que nace un bebé a través del afecto, el vínculo y la seguridad. La forma en que los padres y cuidadores interactúan con los pequeños y los ayudan a superar las situaciones que afectan a su salud mental puede prepararlos para manejar eficazmente las situaciones estresantes a medida que crecen.
Fomento de la salud mental más allá de la infancia
Los bebés y los niños pequeños pueden no entender la salud mental, pero no hay duda de que pueden sentir grandes emociones. Aquí hay algunos consejos para promover la salud mental en tu pequeño:
- Sé el apoyo emocional que necesitan. Los niños de todas las edades buscan el apoyo emocional de sus padres y cuidadores. Es por eso que tu bebé se calma cuando entras en la habitación y tu niño corre hacia ti para abrazarte después de un desacuerdo con un compañero de juego. Procura estar disponible emocionalmente para tu bebé con muchas sonrisas, abrazos y palabras amables.
- Habla sobre las emociones. Los niños pequeños pueden empezar a hablar de emociones contigo. Puedes ayudar a tu niño a trabajar con las emociones etiquetando sus sentimientos: «Te sientes decepcionado de que no podamos ir al parque ahora mismo. Yo lo entiendo». También puedes nombrar tus propias emociones, explicando por qué te sientes de cierta manera.
- Da un buen ejemplo. Estar en sintonía con tus propias emociones puede mostrarle a tu bebé o niño pequeño que no hay nada malo en sentirlas. Pero ten en cuenta cómo reaccionas ante las situaciones. Respira hondo, medita o utiliza cualquier otra técnica que prefieras para calmarte y hacer frente a tus propias emociones. También ayuda a tu niño a aprender a hacer frente a sus emociones (mira nuestras actividades de babySparks “Calming Bottle” y “Building a Cozy Corner” para inspirarte).
- Conoce a los cuidadores de tu niño. Los empleados de las guarderías y jardines infantiles, las niñeras, los amigos y la familia que están cerca de tu niño también desempeñan un papel en su salud mental. Asegúrate de elegir cuidadores cariñosos y que te apoyen.
- Alimenta la autoestima. Construir confianza en tu pequeño es un paso crucial para fomentar una salud mental positiva. Ofrece muchas oportunidades para una independencia apropiada para su edad. Asegúrate de elogiar sus esfuerzos. Incluso puedes pararte frente al espejo cada mañana con tu niño y nombrar algunas cosas que te gusten de él.
Hay muchas maneras de cuidar la salud mental de tu hijo desde el principio, pero si observas signos de enojo extremo, llanto inconsolable, incapacidad o falta de voluntad para establecer un vínculo con los cuidadores, o tristeza frecuente, es una buena idea consultar con tu pediatra para que te oriente.
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