Como padre o cuidador de un niño pequeño, sabes que no siempre es posible evitar una rabieta, y eso está bien. Las rabietas pueden ser desalentadoras y frustrantes, pero también son una parte esencial para que tu pequeño comprenda las emociones y cómo manejarlas.
Entonces, ¿qué puedes hacer cuando tu niño pequeño está en medio de una rabieta? ¿Es mejor tratar de calmarlo o dejarla pasar? Cada niño es diferente, por lo que es útil tener algunas ideas prácticas listas para la próxima vez que tenga una.
Consejos para detener las rabietas
Los siguientes consejos están respaldados por expertos en desarrollo infantil para reducir la gravedad, duración, o incluso para detener la rabieta de un niño pequeño:
Mantén la calma
Por difícil que sea, debes mantener la calma durante la rabieta de tu niño. Es normal que grite y llore, pero reaccionar igual solo fortalecerá la rabieta. Tu niño necesita ver que puedes mantener la calma a pesar de sus grandes emociones, lo cual es un excelente ejemplo de cómo manejar mejor sus propios sentimientos.
Intenta distraerlo
Las rabietas que no son muy fuertes se pueden detener generalmente con simples distracciones. Puedes ofrecerte a jugar un juego, dar un paseo o dejar que tu niño pequeño juegue en la bañera. El aburrimiento o la frustración con su tarea actual es a veces lo que lleva a una rabieta, así que pasar a algo nuevo puede ayudarle a reencauzar sus emociones.
Ofrece comodidad
Algunos niños pequeños buscarán consuelo durante una rabieta, mientras que otros lo rechazarán. Independientemente de la categoría en la que se encuentre tu pequeño, puedes ofrecerle un gran abrazo o algunas caricias. Incluso si se niega a hacerlo, sabrá que estás ahí para él cuando esté listo. (Bono: Esta también es una gran manera de inculcar empatía en tu niño pequeño.)
Mantén a todos a salvo
Cuando las emociones de los niños pequeños toman el control, pueden escalar rápidamente. Si tu niño llega al punto de intentar hacerse daño a sí mismo o a otra persona, es posible que no puedas detener su rabieta inmediatamente, pero debes intervenir para garantizar la seguridad de todos. Llévalo a una habitación tranquila y asegúrate de que cualquier cosa que pueda tirar o agarrar esté fuera de su alcance. Si normalmente se tira al suelo durante una rabieta, coloca algunas mantas o almohadas para suavizar su caída.
Espera a que se calme para hablar
No es fácil razonar con tu niño pequeño cuando está en modo rabieta. Cuando su rabieta empice a disminuir, ofrécele consuelo o déjalo tranquilo, pero espera a que se calme completamente para hablarle de sus sentimientos. Luego, puedes preguntarle qué le pasa y elogiarlo verbalmente por haberse calmado y haberte hablado.
Detener una rabieta (o al menos reducir su intensidad) puede ser posible con las tácticas adecuadas. Sin embargo, algunas rabietas pueden ser más serias, lo que indica que puede haber algo más con tu pequeño. Aquí hay algunas senales de alerta a tener en cuenta sobre rabietas problemáticas.
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