Los primeros pasos de tu bebé son un momento emocionante, para ti y para él. Va deambulando por la habitación y mientras lo filmas con orgullo cada vez que camina y se cae, él disfruta una nueva y más eficiente forma de llegar a donde quiere ir.
¿Cuándo caminan los bebés?
Usualmente los bebés dan sus primeros pasos, sin ayuda, alrededor de su primer cumpleaños, aunque el rango es amplio. Habla con tu pediatra si estás preocupado por el desarrollo de tu bebé, pero si ha progresado constantemente y ha dominado otros logros de motricidad gruesa no te afanes, generalmente no hay razón para preocuparse si se toma su tiempo para hacer la transición entre gatear y caminar.
¿Por qué caminan los bebés?
Caminar es una tarea difícil, entonces, ¿por qué los bebés que han aprendido a moverse sobre sus manos y rodillas quieren abandonar esa posición estable y asumir la aterradora tarea de desplazarse en dos pies? Un estudio, publicado en la revista Psychological Science, comparó a bebés gateadores con los nuevos caminantes y halló que los estos últimos abarcan más distancia, más rápidamente, lo que sugiere que los bebés quieren caminar porque se dan cuenta de que pueden llegar a donde quieren ir más eficientemente.
¿Cómo se desarrolla el caminar?
La fisioterapeuta pediátrica y doctora en terapia física, Andrea Hayward, dice que caminar es la recompensa al final de un año ocupado por todas las habilidades adquiridas. Durante el primer año de vida del bebé, su cuerpo experimentó cambios increíbles (controló la cabeza, se volteó, se sentó, gateó, se paró y caminó sosteniéndose de sillas y muebles) que lo prepararon para caminar:
- Fortaleció sus huesos y músculos.
- Desarrolló su sistema sensorial para que pudiera lograr y mantener el equilibrio, así como comprender la posición relativa de las partes de su cuerpo y cómo usarlas juntas para realizar un movimiento coordinado.
- Desarrolló la visión para que pudiera enfocar, tanto de cerca como de lejos.
- Estableció la habilidad cognitiva de la planificación motora, que le permite -valga la redundancia- planificar y ejecutar movimientos que lo ayudan a movilizarse con seguridad en su entorno, como por ejemplo pisar o rodear juguetes en su camino.
Caminar en el desarrollo de la motricidad fina y gruesa.
«Después de que los bebés salen de la etapa de adquirir habilidades, pasan a una etapa de refinamiento de estas entre el primer y tercer año», dice Hayward. «Los movimientos motores gruesos se vuelven más fluidos a medida que los niños aprenden a moverse en su entorno con facilidad».
Al principio, la forma de caminar de tu bebé será rígida y torpe. Dará pasos fuertes con sus piernas inclinadas y con los brazos extendidos, ¡un poco como Frankenstein! Para cuando tenga alrededor de los tres años, sus piernas se enderezarán, sus pasos serán más elegantes, y aprenderá a colocar primero su talón en el suelo y luego empujar con los dedos de los pies.
Ser capaz de mantener el equilibrio, balancear el peso de su cuerpo, girar y pisar objetos, muestra cómo al caminar tu bebé desarrolla las habilidades motrices finas relacionadas con sus pies y lo prepara para futuros logros en el desarrollo como correr, saltar y escalar.
Caminar, comer y hablar.
A medida que los movimientos de tu bebé se vuelven más complejos con la adquisición de un nuevo logro en motricidad gruesa, sus músculos orales (responsables de la alimentación y el habla) también se vuelven más coordinados. Caminar trae movimientos de arriba a abajo, de izquierda a derecha y de lado a lado, lo que lleva a una habilidad más controlada para morder y masticar. Esta es la señal para introducir una variedad de texturas de alimentos, como verduras más duras, frutas en cubos, queso y carnes suaves.
Estos movimientos más coordinados de las mandíbulas, la lengua y los labios también le permiten emitir sonidos de habla más complejos, y su lenguaje surgirá con sus primeras y verdaderas palabras, cuando su balbuceo comience a sonar como el habla de un adulto.
Cómo animar al bebé a caminar
- ¡No te apresures! Recuerda, hay un amplio rango de edad para dar los primeros pasos. A menos que sospeches un problema con su desarrollo, siga su ejemplo y anímalo a caminar cuando esté listo. ¡Gatear tiene muchos beneficios que no tendrá una vez que esté en pie!
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- Permite tiempo suficiente para la práctica. Los mismos investigadores mencionados anteriormente encontraron que los caminantes entre 12 y 19 meses dieron un promedio de 2.368 pasos (recorriendo la longitud de 7.7 campos de fútbol) cada hora. ¡Asombroso! Esto resalta la importancia de darle a tu hijo el mayor tiempo posible para pasear, sin restricciones en coches u otro equipo para bebés. Los expertos advierten que los caminadores, en particular, deben evitarse (aquellos en los que se introducen los pies como en un arnés), ya que pueden retrasar el desarrollo. La Academia Estadounidense de Pediatría también desincentiva su uso, afirmando que no son seguros.
- Mantenga sus pies descalzos tanto como sea posible. El sistema sensorial de tu bebé, que es responsable del equilibrio y la coordinación, recibe información fundamental a través de sus pies. Además, caminar juega un papel importante en la formación de sus pies, todavía en desarrollo, y los zapatos pueden interferir con el desarrollo óptimo del pie si están mal diseñados o se usan con demasiada frecuencia.
- Exponlo a diferentes superficies para caminar. Aprender a caminar sobre diferentes texturas: suelos duros, hierba, arena, barro, etc. también pueden estimular el equilibrio y la coordinación.
Si pensabas que seguir a tu bebé gateando era agotador, ¡prepárate para un entrenamiento serio! Como dice Hayward, «Los bebés son impulsados por la novedad». Esta nueva forma de moverse, más eficientemente que nunca, emocionará a tu bebé y lo impulsará a una nueva fase, incluso más ocupada, de explorar el mundo.