Tu niño de 20 meses no puede explicarse por qué algo está bien o mal, pero está empezando a entender el concepto. De hecho, gran parte de lo que han aprendido hasta ese momento los ha llevado a discriminar entre lo correcto y lo incorrecto en sus formas más básicas. Algunas investigaciones demuestran que los niños pequeños pueden entender el concepto de justicia a partir de los 19 meses de edad.
Por ejemplo, tu niño puede quedarse sin aliento cuando un personaje hace algo malo en un cuento. O puede aplaudir emocionado después de ayudarte a limpiar sus juguetes. Ya conoce la diferencia fundamental entre lo que está mal y lo que está bien, basándose en la «referencia social», es decir, prestando atención a la forma en que tú y otros cuidadores reaccionan ante las cosas.
Puedes aprovechar estos conocimientos básicos para ampliar el desarrollo moral de tu pequeño. No es de extrañar que tener una moral sólida beneficie a los niños cuando llegan a la edad adulta. Entre otras cosas, puede ayudarles a defenderse a sí mismos y a los demás, a tomar decisiones positivas y a desarrollar relaciones fuertes y sanas.
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Enfatizar lo correcto y lo incorrecto
He aquí algunas formas de enfatizar el bien y el mal a medida que la moral de tu niño sigue desarrollándose.
Dar prioridad a la conexión
Conectar con tu niño de forma positiva es su primera hoja de ruta moral. Mostrar interés, compasión, perdón y amor es un modelo de «lo correcto» para ellos.
Establecer límites
La orientación positiva en forma de establecimiento de límites apropiados para el desarrollo (y el cumplimiento de estos con la mayor coherencia posible) es fundamental para el desarrollo moral. Los límites ayudan a los más pequeños a aprender valores importantes como la responsabilidad personal, la rendición de cuentas y la forma de tratar a los demás.
Destacar las diferencias
Una pieza importante para el desarrollo de la moral es la Teoría de la Mente (TdM). La TdM ayuda a los niños a entender que lo que ellos piensan o sienten no es necesariamente lo que los demás piensan y sienten. Los niños adquieren los elementos básicos de la TdM en la infancia y la niñez, lo que les ayuda a ver que sus acciones pueden afectar negativamente a los demás.
Puedes reforzar este concepto señalando a tu niño las diferencias cotidianas. Por ejemplo, «¡Te encanta el color verde! A tu hermana le encanta el azul. Mi favorito es el morado. A todos nos gustan colores diferentes». O, «Sé que quieres jugar con el gato, pero él quiere echarse una siesta. Dejémosle descansar y podrás jugar con él más tarde».
Hablar sobre las emociones
La conexión emoción-conducta es una parte importante del desarrollo moral. Puedes ayudar a tu niño a entenderla etiquetando y explorando los sentimientos, así como las formas positivas de responder a ellos. La autorregulación todavía es difícil en esta etapa, pero puedes apoyarla guiando sistemáticamente el comportamiento derivado de las emociones: «Está bien estar enfadado, pero no está bien pegar. En lugar de eso, salgamos a pisotear el suelo».
Sobre todo, ¡ten paciencia! Recuerda que el desarrollo moral de tu niño está en su fase inicial. Todavía necesitan tiempo para ser capaces de hacer lo correcto, y la guía paciente es la clave. Puede ser difícil, pero intenta mantenerte positivo cuando haga cosas como coger el osito de peluche favorito de un amigo y salir corriendo. Respira hondo, recuerda que es un paso normal en su camino moral y habla con el sobre cómo ese comportamiento puede hacer sentir a su amigo. Aquí encontrarás consejos para intervenir en las peleas de los niños.
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