¿Muchos de los consejos para la crianza que has encontrado se centran en las madres? Tradicionalmente, los psicólogos de familia y otros expertos se han referido a la madre como la “cuidadora principal”, insinuando que el padre es el “secundario” de alguna manera. Si bien el rol de la madre es claramente vital, investigaciones recientes han comenzado a resaltar el singular e importante rol que tiene el padre el desarrollo infantil temprano. De hecho, una relación fuerte entre el padre y el niño durante los primeros años puede influir positivamente en todas las áreas del desarrollo.
8 datos sobre los padres involucrados
Estos son algunos datos claves que enfatizan el rol tan significativo que tiene el padre en la vida de los pequeños.
1. Cuando el padre está involucrado activamente en las tareas de cuidado diario, el bebé puede crear un vínculo igual de fuerte que el que tiene con la madre.
Los papás que participan en el baño, la alimentación y la hora del juego pueden crear un vínculo fuerte con sus niños en las primeras semanas de vida. Bono: el que los padres participen en las tareas diarias de cuidado del bebé está correlacionado con matrimonios más felices.
2. Los niños con padres más presentes tienden a ser más seguros de sí mismos, más sociables y exhiben mejor autorregulación.
Todo esto toma protagonismo cuando el niño empieza el colegio, y tiene la habilidad no sólo de prosperar académicamente, sino de formar y sostener amistades con sus compañeros. Además, una mejor autorregulación está relacionada con menos problemas de comportamiento en el colegio.
3. Los niños con un apego sano y seguro a su padre en la primera infancia tienen un mejor rendimiento académico.
Los estudios muestran que los padres que disfrutan dedicarse a actividades estimulantes a la hora del juego, con frecuencia crían niños que sobresalen en las matemáticas y las habilidades de lectura.
4. Los papás involucrados impactan positivamente las habilidades de comunicación y el desarrollo del leguaje del niño.
Los papás tienden a hacer muchas preguntas y a usar un vocabulario extenso con sus pequeños. Esto no sólo beneficia el desarrollo del lenguaje, sino que mejora las habilidades de conversación.
5. La calidad es la clave.
No siempre se trata de la cantidad de tiempo que el padre pasa con su hijo. La calidad de la relación es lo que más importa. Esto es un punto importante para los papás que trabajan tiempo completo, o que no viven en la misma casa del niño. Siempre y cuando las interacciones entre padre e hijo sean significativas, los niños pueden cosechar los beneficios de ese vínculo especial.
6. Los niños aprenden sobre el juego basado en el riesgo y a controlar sus impulsos cuando juegan con su padre.
¡Los papás tienden a jugar de forma más ruda que las mamás! Este tipo de juego brusco (pero aún seguro) le puede enseñar a los niños a evaluar situaciones riesgosas y a exhibir disciplina cuando es necesario.
7. Los niños que se sienten más cercanos a sus padres en la infancia temprana tienen menos probabilidades de sufrir de depresión más adelante en la vida.
Un apego seguro y saludable al padre puede conllevar a una autoestima más fuerte y a una perspectiva más positiva.
8. Cuando el padre se involucra y está dedicado, sus niños tienen más probabilidad de ser pacientes y de tener la habilidad de manejar situaciones estresantes.
Los papás que expresan afecto, compasión y paciencia durante la infancia temprana, establecen un sentido de seguridad en sus niños. Cuando un niño se siente seguro, también se siente capaz, asertivo y resiliente.
¡Todos estos datos fascinantes sobre la figura paterna nos muestran que no hay nada de “secundario” en su rol! Cuando se trata de la infancia temprana, el factor papá importa bastante.
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