Ningún niño pequeño es acosador. El acoso escolar requiere una fuerte habilidad para hacer estrategias, un concepto que tu niño aún no ha desarrollado. Los niños pequeños no entienden las cosas de la manera en que nosotros las entendemos, así que lo que parece ser un comportamiento intimidatorio es solo la manera en que tu niño pequeño aprende a socializar.
Sin embargo, los expertos en desarrollo infantil han vinculado las conductas agresivas en la infancia y en los años preescolares con el futuro acoso escolar si no se abordan lo antes posible.
Señales de agresión en niños pequeños
Solo hasta la edad de tres años se desarrollan signos de acoso mas visibles en los niños, pero tu niño pequeño puede mostrar la agresión mucho antes. Entre los 18 y los 24 meses de edad es cuando puedes notar comportamientos agresivos, como pegarse, pellizcarse o morderse a sí mismo o a otros. Es el momento en que las emociones de tu niño pequeño alcanzarán un punto máximo de caos a medida que aprenda a comprender sus sentimientos y a saber qué hacer con ellos.
Otras señales de comportamiento agresivo incluyen:
- Hacerse daño de alguna manera, como rascarse los brazos con las uñas
- Golpear una pared durante una rabieta
- Lanzarle un juguete a un amigo
- Empujar a un compañero durante el juego
- Patear a un hermano
- Lastimar a la mascota de la familia
Aunque muchas de estas conductas son típicas de vez en cuando en cualquier niño pequeño, las rabietas frecuentes y la ira incontrolable podrían indicar un problema.
Abordar la agresión
Cuando tomes medidas para detener la agresión de tu niño pequeño, aprenderá que sus comportamientos no le dan los resultados que desea, e incluso puede que sus amigos le den la espalda. Aquí está cómo romper el patrón que puede llevar al acoso escolar:
Mantén la calma
Lo más importante que puedes hacer para frenar los comportamientos agresivos de los niños pequeños es evitar reaccionar agresivamente. Solo tu tono de voz puede marcar la pauta de cómo reacciona tu niño a lo que le dices después de un momento emocional.
Toma un respiro y piensa en lo que vas a decir antes de reaccionar inmediatamente. Tu pequeño espera que tú seas la calma en su tormenta y la guía de su comportamiento.
Conviertéte en una parte fundamental de su juego
Cuando te unes al juego de tu niño con sus compañeros, serás capaz de mostrar interacciones positivas con los demás por momentos sencillos y pedagógicos. Unirse también es una forma rápida de intervenir y mantener a todos a salvo.
A esta edad, es fundamental fomentar una socialización positiva. Trabaja con tu niño pequeño en sentarse juntos al lado de uno o dos amigos. Puedes empezar a construir una torre de bloques, invitar a los pequeños a unirse y hacer preguntas como «¿Qué crees que está construyendo? ¿Puedes darle uno de tus bloques para que te ayude?»
Sugiere alternativas
La mayoría de las veces, tu niño simplemente necesita un pequeño cambio de dirección para recordarle que hay un momento y un lugar para actividades como patear y lanzar. Por ejemplo, podrías decirle: «No pateamos a los demás. Ven aquí y podemos patear la pelota de fútbol juntos».
Ayúdale a comprender sus emociones
Los juegos de rol pueden ser una forma divertida de ayudar a tu niño pequeño a entender lo que siente y lo que sus compañeros de juego pueden estar sintiendo cuando actúa. Puedes encontrar algunas actividades de juego de roles para niños pequeños en el programa de desarrollo de BabySparks.
Si deseas más formas para animar a tu niño a que comprenda y maneje sus emociones, lo que puede reducir la agresión, puedes leer nuestros artículos inteligencia emocional y conviértete en el entrenador de emociones de tu niño.
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