Sentarse a comer en familia (especialmente con un niño pequeño inquieto) puede parecer abrumador. Tienes que cocinar, poner la mesa, y convencer al niño de que se coma las arvejas en vez de botarlas al piso (mientras tu propia comida se enfría).
¿Para qué molestarse?
Resulta que décadas de investigaciones dicen que los padres deben molestarse, puesto que las comidas en familia ofrecen beneficios valiosos a largo plazo para el niño. La buena noticia es que comer juntos no tiene que ser algo elaborado.
Veremos algunos consejos para hacer de la hora de la comida algo sencillo, pero primero veamos como las comidas en familia benefician a los pequeños, por medio de una historia sobre una cena. Nota que el personaje principal de la historia es un niño pequeño, pero consideramos que nunca es muy temprano para exponer a los pequeños a comer en familia – ¡así sea antes de empezar con comida solida!
Beneficios de las comidas en familia para el desarrollo
Se acerca la hora de la cena y un padre le pasa a su niña, Carla de 22 meses, una pila de servilletas y le pide que las lleve a la mesa. Al terminar con eso, se para en un banquito y papa le ayuda a usar una jarra para servir agua en los vasos. Papá sabe que ayudar en la casa beneficia a los pequeños de valiosas formas, y estas labores a la hora de la comida son una manera sencilla de construir tareas del hogar dentro del día de Carla. También le enseñan a seguir instrucciones y son una buena forma de adquirir independencia y practicar habilidades de motricidad fina.
Siguiendo las reglas de la hora de la cena, mamá y papá ponen sus celulares en silencio y los dejan en el mesón de la cocina antes de pasar a la mesa. La familia se sienta y comienza una conversación (usando una mezcla de palabras y gestos animados) para hablar del día de Carla en la guardería. Durante la conversación, Carla practica el habla, las habilidades narrativas y las habilidades sociales. También tiene otras oportunidades para practicar habilidades sociales durante la comida, como cuando hace gestos para que le den más papas y baja la voz después de que mama le muestra “una voz para la mesa del comedor”.
Por unos minutos Carla escucha a sus padres hablar entre sí. Es uno de los pocos momentos durante el día que está expuesta a sus conversaciones, y su lenguaje receptivo está ocupado adquiriendo nueva información. De hecho, investigaciones provenientes de la Universidad de Harvard muestran que las comidas en familia construyen el vocabulario del niño aún más que el leerles libros, puesto que el niño escucha una cantidad impresionante de palabras únicas. (Igual, los padres de Carla aún le leen todos los días, puesto que saben que esto está vinculado a muchos resultados positivos).
Carla ha estado mirando las habichuelas en su plato (no son su comida favorita). Papá sabe esto, y ensarta un par de las suyas con su tenedor y se las come con gusto. Su entusiasmo exagerado hace reír a Carla y lo imita. Con el pasar del tiempo, al observar a sus padres comer saludable durante las comidas la llevará a ser como aquellos niños que están expuestos a comidas en familia por lo menos tres veces a la semana: Son más propensos a elegir comidas saludables, tener un peso normal, y evadir desórdenes alimenticios.
En el transcurso de las comidas, las habilidades de autocuidado de Carla están siendo usadas arduamente mientras intenta ser como su mamá y papá al usar el tenedor, al tomar de un vaso sin tapa, y al limpiarse la cara con una servilleta. También está aprendiendo modales, aunque las expectativas de sus padres frente a los modales son acordes a su edad: Sí la dejan jugar con la comida (limitadamente), puesto que es menos quisquillosa cuando le permiten explorar la comida con sus manos.
Después de 15 minutos, Carla empieza a retorcerse. Sus padres saben que es normal, así que la dejan bajarse a jugar cerca. Con el tiempo, aprenderá a sentarse por periodos de tiempo más largos. Eso, acompañado con aprender el comportamiento adecuado en las comidas, ayudará a construir habilidades de autorregulación.
Si la familia continúa comiendo junta, los estudios dicen que Carla será más propensa a sentirse unida los miembros de la familia y sentirá menos depresión, ansiedad, estrés y menos propensión al uso indebido de substancias.
Así que, sabemos que las comidas en familia están vinculadas a una cantidad de beneficios para los pequeños, pero puede que sea difícil llevarlas a cabo. Hemos reunido unos consejos de los expertos para ayudarte a hacerlas sencillas.
Consejos para las comidas en familia
Es un “comida en familia” aun si:
- Sólo es un niño y un adulto
- Es corta
- Es una merienda
Hazlo sencillo al:
- Cocinar grandes porciones de algo durante el fin de semana para recalentarlo en las comidas entre semana.
- Prepara comidas rápidas (El proyecto de cenas en familia es un buen recurso para recetas rápidas y saludables.)
- Pon ingredientes en una olla de cocción lenta en la mañana para que estén listos para la cena.
Omite electrónicos porque:
Los beneficios de las comidas en familia se basan en que los miembros de la familia se conecten los unos con los otros. La televisión, las tabletas, Smartphones, y parecidos rompen las conexiones.
Sobre la frecuencia:
Si es difícil imaginar encontrar el momento para comer en familia, empieza con una a la semana. Puede ser el desayuno, el almuerzo de fin de semana, la cena o una merienda. Una vez eso se sienta manejable, incrementa la frecuencia desde ahí. El proyecto de cenas en familia señala que aún una sola comida compartida a la semana puede beneficiar a la familia.
Por último, si quieres consejos para fomentar el aprendizaje durante las comidas que hemos resaltado arriba, ¡nuestro programa BabySparks tiene muchas ideas!
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