Cuando piensas en un bebé o niño pequeño, es probable se te vengan a la mente muchas cosas, excepto la autorregulación. Sobre todo, cuando a pesar de los múltiples recordatorios de no tirar comida, lo hacen, o cuando le pegan a uno de sus amiguitos, justo después de decirle que debe tener cuidado con la fuerza de sus manos o simplemente cuando ruedan por el suelo en medio de una rabieta porque dijiste “no más galletas”.
Los pequeños no se acostumbrarán a la autorregulación sino hasta después de cumplir los 3½ o 4 años, e incluso en ese momento necesitarán todavía la ayuda de los adultos para controlar sus emociones. Por lo pronto, mientras esta habilidad se desarrolla, hay un trabajo importante por hacer para configurar las bases para la autorregulación en el futuro. En este artículo exploraremos cómo hacerlo, comenzando por entender por qué es importante la autorregulación.
¿Por qué es importante la autorregulación?
La autorregulación nos permite manejar las emociones y controlar los impulsos. La necesitamos para mantener la atención en una tarea a la vez, reconocer cuando un comportamiento es inapropiado y corregirlo, evitar actividades peligrosas o que no son saludables y para llevarnos bien con los demás.
¿Cómo puedes ayudar a tu niño a formar habilidades de autorregulación?
Estas son algunas de las cosas que puedes hacer a partir de ahora para preparar con éxito a tu niño en habilidades de autorregulación para su futuro:
Ayuda a tu pequeño a regular sus emociones cuando está molesto. Para aprender a calmarse es necesario desarrollar ciertas conexiones cerebrales. Cada vez que tranquilizas a tu bebé, ya sea alimentándolo cuando tiene hambre, cambiándolo cuando está mojado o acomodándolo en tus brazos cuando está cansado o abrumado, fortaleces las conexiones cerebrales que un día le permitirán calmarse a sí mismo de manera autónoma.
Cuando tengas que corregir un comportamiento no deseado, ofrécele a tu pequeño opciones aceptables como alternativa. Cuando intervengas para detener un comportamiento no deseado, enséñale a tu pequeño qué hacer en su lugar. Por ejemplo: «No se deben tirar piedras. Las piedras duelen. Aquí hay una pelota, puedes tirar esto en su lugar.»
Con el tiempo, este enfoque ayudará a tu niño a aprender y canalizar el comportamiento inaceptable en acciones aceptables. Veámoslo de otra forma: Es difícil regular nuestra ira si nunca aprendemos maneras aceptables de lidiar con ella (alejarnos por un minuto a solas, respirar profundamente, etc.).
Modelo de autorregulación. Aceptémoslo, esto no es fácil. Comencemos por reconocer que los bebés, y especialmente los niños pequeños, pueden ser exasperantes. Sin embargo, ellos aprenden observando a los adultos en sus vidas, así que mientras más puedas regular tu propio comportamiento -desde comer una galleta en lugar de cinco, hasta permanecer calmado cuando tu niño está llevándote al límite-, más fácilmente aprenderán a regular el suyo.
Establecer rutinas. ¿No te pasa que cuando tus rutinas están fuera de lugar, tú también te sientes desubicado? La estructura diaria nos ayuda a sentirnos regulados, especialmente a los más pequeños. Los horarios diarios para despertarse, dormir la siesta, ir a la cama y comer, además de tener más o menos claro qué esperar durante el día, ayudan a los niños a sentirse poco a poco en control de sí mismos.
Utiliza juegos que estimulen la concentración, tomar turnos, esperar, etc. Prácticamente cualquiera de las actividades de nuestro programa BabySparks presentan estos conceptos a tu niño, los cuales están relacionados con la autorregulación. La autorregulación también se enmarca en las competencias o habilidades de la función ejecutiva, sobre las que puedes leer más aquí.
Fomentar la inteligencia emocional. La inteligencia emocional (I.E) nos ayuda a entender y a manejar nuestras emociones y las de los demás, y es fundamental para la autorregulación. Puedes leer más sobre la Inteligencia Emocional y cómo promoverla aquí.
Fomentar las habilidades sociales. La autorregulación es la base para la interacción social. Nos ayuda a comportarnos dentro de los límites de las expectativas sociales, a colaborar y a llevarnos bien con los demás. La sección socio-emocional de nuestro programa BabySparks es un gran recurso para fomentar estas habilidades.
Todos los bebés y niños pequeños están en un trabajo constante a la hora de formar habilidades de autorregulación. Sin embargo, para algunos puede ser especialmente difícil, aún con las bases fundamentales. Esto puede deberse a su temperamento, dificultad con el procesamiento sensorial u otro problema de desarrollo. Si estás preocupado, tu pediatra o un terapeuta ocupacional pediátrico puede ofrecerte orientación al respecto.
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