Siempre es buena idea consultar con el pediatra de tu hijo si existe una dificultad durante el entrenamiento para ir al baño. A continuación encontrarás algunas de los obstáculos más comunes que surgen y los consejos de los expertos para superarlos:
Resistencia para iniciar el proceso
Si intentas comenzar el entrenamiento para ir al baño y tu hijo se resiste, asegúrate de iniciar cuando él esté listo. Este listado de indicadores de preparación es una gran guía. Si a tu hijo le falta alguno de los elementos, es posible que prefieras esperar. Si la disposición no es el problema, es probable que tu hijo se sienta intimidado por la idea de orinar y defecar en la bacinilla, lo que es normal. Intenta poner en práctica algunos de estos consejos para ayudarlo a sentirse cómodo con la idea.
Constantes luchas de poder
Si descartaste la disposición y la intimidación como obstáculos y tu pequeño continúa peleando simplemente porque, bueno, es un niño pequeño: mantén la calma. Los expertos advierten que las reacciones negativas como el castigo y la coerción durante el entrenamiento para ir al baño pueden generar estreñimiento, desórdenes del tracto urinario e incluso fobias. Si usar la bacinilla se ha convertido en una batalla campal, considera poner en práctica un método constante y lento orientado a los niños. Puede que te tome más tiempo, pero es una buena manera de mantener el proceso por buen camino.
Un repunte en los accidentes
Algunas veces, después de un período de éxito con el uso de la bacinilla, los niños de repente comienzan a tener accidentes nuevamente. Es importante apoyarlos a pesar de lo frustrante que puede llegar a ser. A veces, factores cotidianos estresantes como el inicio de la vida escolar, el nuevo trabajo del padre, el nacimiento de un hermano o cualquier otro cambio en la rutina puede traer una fase de accidentes en el baño. Reintroduce con suavidad las actividades del entrenamiento para ir al baño hasta que tu hijo recupere el rumbo.
Tu hijo se niega a usar un sanitario
Puede parecer más fácil comenzar con un asiento que se ajuste a la parte superior del sanitario. Algunos niños están de acuerdo con esto, pero para otros puede producir mucho miedo. Están acostumbrados a sentir la orina y los excrementos cerca de su cuerpo. Dejarlos ir por el sanitario puede ser aterrador. Intenta comenzar con una bacinilla, luego hacer la transición al asiento que se ajusta al sanitario cuando tu hijo se sienta con confianza.
Si ya está usando la bacinilla con éxito pero se rehúsa a utilizar el sanitario, es posible que necesites aumentar la motivación con elogios y recompensas. Poner un taburete frente al sanitario para que el niño pueda poner sus pies lo puede ayudar a sentirse cómodo y seguro.
Tu hijo se rehúsa a defecar en la bacinilla
Esta es una de las dificultades más comunes durante el entrenamiento para ir al baño. No le digas a tu hijo que puje o que se esfuerce. Esto puede causarle fisuras (pequeñas lágrimas) o hemorroides en su ano, lo que puede llevarlo a retener los excrementos y provocar estreñimiento, que a su vez generan más hemorroides. En cambio, varias cosas pueden ayudar:
- Motívalo, elógialo y ofrécele recompensas.
- Usa distractores que lo mantengan relajado en la bacinilla mientras defeca. Puedes usar libros especiales y juguetes exclusivos para la hora del baño o inclusive, puedes ponerte de cuclillas junto a él y hablarle, cantarle o contarle un cuento.
- Permítele defecar en un pañal si es la única forma en que lo hace. Hazle saber que puede usar el pañal pero solamente en el baño. Luego, que podrá usarlo mientras esté sentado en el sanitario. Más adelante, puedes hacer un hoyo al pañal y permitirle usarlo mientras esté sentado en el sanitario. ¡Uff, es mucho trabajo! Pero es muy importante que defeque con regularidad o de lo contrario podrá estreñirse.
Tu hijo se estriñe
Si ti hijo se estriñe coméntaselo al pediatra. El estreñimiento crónico puede derivar en graves problemas de salud, así que es importante que tu pequeño defeque lo antes posible. Una ayuda es aumentar la ingesta de líquidos y agregar alimentos altos en fibra en sus comidas. El ejercicio contribuye a mantener el sistema digestivo funcionando correctamente, así que asegúrate de que tenga tiempo suficiente para mover su cuerpo. Si todo esto no te funciona, el pediatra puede recetarte medicamentos.
Pero sobre todo trata de no desanimarte. El entrenamiento para ir al baño puede ser complicado, pero estos consejos (y mucha paciencia) pueden ayudarte a llegar a la otra orilla libre de pañales.
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