¿Tu niño pequeño lleva caminando varios meses pero aún se tropieza o se estrella con cosas? Podrías pensar que es torpeza, pero es más probable que su coordinación ojo-pie simplemente necesita más perfeccionamiento. A lo largo de los dos años de edad, la coordinación ojo-pie de los niños mejora, llevando a movimientos más suaves a medida que van mostrando sus nuevas habilidades motoras.
Estos son algunos datos divertidos sobre la coordinación ojo-pie:
¿Por qué es importante la coordinación ojo-pie?
Hablamos mucho sobre la coordinación ojo-mano puesto que se relaciona con casi cualquier actividad que los pequeños hacen con sus manos. Pero la coordinación ojo-pie es igual de importante porque le permite al niño realizar tareas con precisión con las piernas y los pies como subir escaleras o patear una pelota. A medida que el sistema vestibular y la propiocepción se desarrollan, adquieren más equilibrio, entienden dónde están sus miembros y cómo se mueven, y tienen acciones más coordinadas. Agrégale la coordinación ojo-pie a la mezcla y mejorarán en las tareas relacionadas con los pies.
Cómo se desarrolla la coordinación ojo-pie
Los cimientos de la coordinación ojo-pie comienzan desde la infancia y continua a medida que los niños crecen:
Equilibrio: El líquido del oído nos ayuda con el equilibrio, moviéndose con nosotros a medida que inclinamos la cabeza o nos inclinamos hacia adelante para amarrarnos los zapatos. Los oídos de los pequeños, también hacen esto, ¡desde el momento en el que nacen! Pero su sistema vestibular, que controla el equilibrio, aún necesita fortalecerse. Durante la infancia, balancearse, mecerse, rebotar y otros movimientos, pueden ayudar a que el sistema vestibular de tu bebé se desarrolle. Gatear y caminar le da a los bebés más grandes más práctica con el equilibrio, seguidos de movimientos como brincar, correr y escalar. Si bien el equilibrio sigue mejorando durante la infancia, toma hasta la edad escolar para desarrollarse por completo.
Cruzar la línea media del cuerpo: Visualiza una línea imaginaria que corre verticalmente por la mitad del cuerpo de tu niño. Cada vez que usa un pie para cruzar esa línea al otro lado de cuerpo (al patear, bailar o girar, por ejemplo) está cruzando la línea media del cuerpo – un cimiento de la coordinación. A medida que tu pequeño desarrolla esta habilidad, está haciendo que los dos lados de su cerebro trabajen juntos, lo cual ayuda a coordinar los movimientos del pie.
Conciencia del cuerpo y ubicación espacial: La conciencia del cuerpo incluye la comprensión de dónde se encuentran las partes del cuerpo en relación con las demás y se rige por el sentido propioceptivo. La ubicación espacial es una habilidad cognitiva que nos dice dónde está nuestro cuerpo en relación con las cosas en el entorno. Cuando de la coordinación ojo-pie se trata, la conciencia del cuerpo y la ubicación espacial, trabajan juntas para ayudarle a los pequeños a entender dónde y cómo mover sus pies para llevar a cabo tareas con precisión. Por ejemplo, al subir escaleras, qué tanto deben levantar el pie dependiendo de la altura del escalón.
Habilidades motoras visuales: Desde el momento que los bebés nacen, construyen habilidades motoras visuales al mirar las caras y objetos que los rodean, siguiendo objetos con sus ojos y usando lo que ven para decidir cómo interactúan con el mundo. La coordinación ojo-pie depende de estas habilidades visuales. El niño debe tener la capacidad de seguir una pelota en movimiento, por ejemplo, para calcular correctamente los movimientos de su pie para patearla.
Puedes apoyar el desarrollo de la coordinación ojo-pie de tu niño dándole muchas oportunidades para jugar con todo el cuerpo. Nuestro programa BabySparks tiene actividades de motricidad gruesa únicas y divertidas que puedes ensayar con tu bebé o niño pequeño.